miércoles, 1 de agosto de 2012

La Pachamama en la Cosmovisión Andina.
Por: Arnaldo Quispe

El significado más común de Pachamama es “Madre Tierra”. “Pacha” para los pueblos quechua y aymara equivale a tierra, universo, mundo o cosmos, tiempo y espacio. Usualmente se emplea como significado de: “TIERRA”. Por otra parte, “mama” significa madre que origina, que concibe la vida (“Paqarina”).


Pachamama, “Madre Tierra” o del “Cosmos”, es el todo en su conjunto. El todo en estas tradiciones es más que la suma de las partes (similar a la Teoría Gestáltica Psicológica). Lo que afecta a las partes afecta al todo y viceversa (Teoría Sistémica). Pachamama según la cosmovisión andina está presente en todo y en todas partes (espacio/tiempo), de allí que su visión es holística (Teoría Holística), porque en el mundo-hombre lo que incide en uno de sus elementos, afecta necesariamente al resto. Como los órganos son indispensables en el organismo vivo, el organismo está presente en cada uno de los órganos (interdependencia). Se trata de un mundo comunitario y solidario en el que no cabe exclusión alguna. Cada quién (ya sea un hombre, un árbol, una piedra) es tan importante como cualquier otro. El holismo de la pachamama es propio de un mundo colectivista, afectado de un sentimiento de pertenencia: uno sabe siempre que es miembro de una comunidad con cuya pertenencia se siente íntimamente comprometido. Esta comunidad vive en nosotros (“Ayllu”). Es así como se vive la experiencia de unidad de la vida propia con la vida toda del mundo-humano andino.


La pachamama es definida también como divinidad, una diosa mujer por excelencia (esposa de Tata Inti “Padre Sol”), protectora y a la vez proveedora, la que concede la fertilidad y favorece la fecundidad, con la cual se dialoga permanentemente por que está presente en la naturaleza y en todo aquello que nos rodea. Para profundizar un poco más en el significado de pachamama tenemos que revisar algunos aspectos de la cosmovisión del problador andino.



Cosmovisión Andina y Pachamama.


Pachamama puede concebirse como una práctica ritualística y milenaria (“una religión cultural paralela a la oficial”) que subsiste en los Andes peruanos, bolivianos y el norte de Argentina. La forma y contenido de sus práctica varía según el entorno geográfico y social. No hay una única puesta en escena de las tradiciones y rituales de pachamama, pero hay elementos comúnes que se conservan aún la distancia y el lugar, la colectividad (Inclusión Social) y bienestar comunitario (“Ayllu”), la reciprocidad con la tierra (“Ayni”, cuyo tributo principal a la tierra son las ofrendas, “pago” o “challa”); El agradecimiento y el permiso por el uso de la tierra y las aguas (como una forma de reconciliación con la naturaleza). La armonía con la naturaleza se evidencia con la estrecha relación y respeto con los espíritus de la pachamama.


Parte de la reciprocidad en el intercambio con la pachamama implica que ésta tiene necesidades, que requiere de ciertos elementos simbólicos que nutran su apetito, algunos de los cuales son similares a los gustos humanos (hojas de coca, tabaco, bebidas, dulces, etc.). Según la tradición aymara, durante el mes de agosto la Pachamama se encuentra con la boca abierta porque tiene “hambre”, en esta época se prepara la tierra para el tiempo de cosecha, y es preciso agradecer a la Madre Tierra por su fertilidad.


El mes de agosto se considera como mes de la pachamama, siendo el primero de agosto en muchos lugares el día central de su festividad. En otros lugares, la ceremonia de la pachamama se celebra cada primer viernes de cada mes o en ocasiones particularmente especiales (“matrimonios”, “nacimientos”, “inauguraciones”, etc.).


Con la presencia hispánica en el continente y la llamada “época de extirpación de idolatrías”, las creencias animistas altoandinas e indígenas fueron prácticamente extintas. El ritual de la pachamama es uno de los pocos paradigmas arcaicos pre-hispánicos, que sobrevive a pesar de los intentos de clausurarla. En Perú, han contribuido también a su desaparición las migraciones internas, de parte del poblador andino hacia la costa peruana y hacia las ciudades en general. Este fenómeno de las migraciones trajo como consecuencia la pérdida paulatina de los patrimonios culturales y de lenguas quechuas/aymaras, dejando en el recuerdo prácticas ritualísticas como de la pachamama. Por otra parte, muchos probladores migrantes en el proceso de adaptación socio-cultural asumen como propio el idioma español y la religión oficial católica. En el mejor de los casos, por medio del sincretismo cultural, se asumen ambas prácticas como una forma de simbiosis o fusión propio del mestizaje y del mosaico etnológico. Es común encontrarnos en ceremonias de pachamama –en los apukunas-, con imágenes de santos, empleo de la cruz y de la virgen María (“Vírgen de la Candelaria”). Entre estos elementos no existe confrontación, pugnas de poder o egocentrismos. No existen confrontaciones sino una forma de simbiosis pacífica (el problador andino es pacifista por excelencia). Existe una suerte de adaptamiento cultural que asimila y emplea dos o varios elementos como uno solo.

Articulo escrito por Arnaldo Quispe

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